Familia (peruana) y compadre (sueco): sugerencia para el festival de Lima

Esta es mi sugerencia para los cinéfilos a puertas del XIV Encuentro Latinoamericano de Cine «Festival de Lima» desde el 6 al 14 de agoto de 2010

Una familia peruana
En las primeras escenas del film «Familia», la protagonista, Nati Barrientos, está haciendo la maleta para viajar a España. Su esposo Daniel la mira, extrañándola aún antes de su partida. Han vivido juntos durante 34 años, y antes de que un océano inmenso los separe, Daniel le pregunta, repentinamente: “¿Me amas?”
Con Familia, Mikael Wiström completa el tercero y último documental de su proyecto acerca de la familia Barrientos, de Lima, Perú. En esta película la atención se centra en mamá Nati, quien lucha por sacar adelante su familia, incluso a pesar que ello signifique el estar lejos de ella. Nati se va a trabajar a España, como tantos otros inmigrantes, dejando a su pequeño hijo de ocho años, Nata, al cuidado de su padre y a su hija Judith a cargo de los quehaceres domésticos. Un sacrificio que a todos les cuesta asumir.
Familia ganó el Premio al Mejor Documental en el Festival Internacional de Cine de Gotemburgo y está nominada como candidata al Mejor Documental del Festival de Documentales de Estocolmo. La cinta se exhibió por primera vez en Suecia en el cine Victoria, el viernes 12 de marzo.

Un padrino sueco
Mikael Wiström es cineasta, periodista y escritor y ha realizado más de 15 filmes. Su relación con la familia Barrientos data de más de 30 años. En un viaje al Perú, en 1974, conoció a Daniel, quien junto a su esposa Nati trabajaban recolectando lo que podían en un basural de uno de los barrios periféricos de Lima. Daniel le contó, en esa ocasión, que los cerdos por poco devoran a su hijita Sandra.
De allí comenzó una amistad que duraría toda una vida. Mikael pasó a convertirse en “compadre” de Daniel y padrino de Sandra. Sin embargo, pasarían un tiempo largo sin verse. Después de 17 años, en 1991, Mikael vuelve al Perú, a reencontrarse con la familia Barrientos, con la idea de hacer un introspectivo documental acerca del reencuentro. La cámara capta, incluso, los problemas originados por la desigualdad de condiciones: Mikael representa al mundo acomodado, Daniel ha vivido en condiciones de extrema pobreza una gran parte de su vida. “Esta maldita injusticia!” exclama Mikael, en una escena del segundo documental: «Compadre». Ciertamente llama la atención la vulnerabilidad y la sinceridad con la que tanto el cineasta, como el protagonista del film, enfrentan la cámara.
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